domingo, 29 de abril de 2012

Angina Rioplatense em conversações com Wilmar Edson Pereira









Angina Rioplatense +


"No te prometo nada, te digo que me gustas, nada mas.
Pero cuantas veces te tengo que decir que me encanta ver esas fotos que tenes, en las que estas mirando al mar, yo las miro y  te imagino en ese mar, vos tan chiquita y ese mar a punto de devorarte, esa espuma corriendo en tus pies y vos ahi.
Yo intento fumar, al lado de las rocas, intento hacer que el fuego no se me apague, mientras hago equilibrio para corresponder tus gritos y encender el cigarro, repito las chispas en el encendedor pero nada, tu mano me va llamando, - entra, Wilmar, veni - enciendo el cigarro y con las mano en la cintura, sacando panza, como fuerza de lo masculino, te miro, te sonrio.
Pero  no me alcanza con mirarte, mirarte las piernas, mirar tu pelo y entender por que me seguis gustando, me tengo que meter al mar, al agua pato, buscarte y intentar hacer algo estupido para sacarte una sonrisa "



"Paso el tiempo, salimos del agua, la arena en los pies, la arena por todos lados, es como la noche, cuando llega, llega con todo, cae con todo su peso, yo te disfruto, no tanto como la arena, pero si como la noche - sacate los anteojos, pero dejate ese corpinio negro que te asoma la musculosa, te queda muy bien - te miro con cara de degenerado- te acomodo el pelo detras de la oreja y te reis, yo como siempre que empiezo algo, despues me hago el boludo y lo dejo.
Este no sera el caso, tal vez tenga que curarme esta angina rioplatense y dejar de pensar cosas que nunca pasaron"





+ Conversações com Wilmar Edson Pereira -

martes, 3 de enero de 2012

Jugado











Él se entrega, no le importa cuanto, no se da cuenta, nadie le avisa. Pero si le avisan? escuchara? yo creo que no, el dice, nunca me hubiese dado cuenta, pero yo me mostre mucho, dice el, confiado. me confie mucho, queme todo lo que tenia para la ida y vuelta en la mitad de la ida, decia nervioso, miraba la tapa de un libro sobre mitre y el mariscal lopez, se tocaba el pelo, vertiginoso.
Metia la mano en el bolsillo, no sacaba nada, se palpaba el bolsillo de atrás, sacaba un paquete de pastillas, descansaba, volvía a hablar, la saliva se le pegaba en los labios secos y volvía al mismo asunto - me confié mucho, me confié mucho- bajaba la cabeza, se tocaba el pelo y miraba para arriba, miraba los carteles de la calle corrientes con sus vedetes semi desnudas y plumas, las luces,las librerias, los colectivos con humo negro, el café Brasil y asi seguía.
Al poco tiempo me mude a un país vecino, no me acuerdo por que causa y no lo vi nunca más ( ni espero verlo ) escuche su nombre cuando fui de vacaciones a la playa, creo que lo escuche en una tienda de souvenirs, recuerdos y tarjetas postales.....